miércoles, 27 de noviembre de 2013

El futuro gobierno alemán rechaza el fracking porque no lo considera seguro


la marea


El futuro gobierno alemán rechaza el fracking porque no lo considera seguro


Thilo Schaeffer

27/11/2013

Un futuro gobierno de democristianos y socialdemócratas en Alemania se opone al controvertido método de fracking para extraer gas del subsuelo. Se trata de “una tecnología con un alto potencial de riesgo”, según el pacto de gobierno presentado este miércoles. “El impacto para el ser humano, la naturaleza y el medio ambiento aún no se han aclarado de forma suficiente por al investigación científica. Para nosotros, el agua potable y la salud tiene prioridad absoluta”, reza el documento en la página 61.
La CDU/CSU de la canciller Angela Merkel y el SPD no rechazan de forma categórica el fracking, pero apuestan por continuar investigando esta tecnología junto con los institutos científicos y las empresas. Otros gobiernos, como en España y sobre todo en EEUU, no tienen tantos reparos a la hora de permitir la exploración de bolsas de gas en el subsuelo que es extraído a través de la inyección de agua y productos químicos.
Sin embargo, no todos los acuerdos entre los dos partidos complace a los medioambientalistas. Los verdes criticaron duramente la modificación de los objetivos del cambio del modelo energético, la llamada “Energiewende”, después de que la coalición de Merkel con los liberales del FDP decidiera el fin de la energía nuclear en Alemania durante la legislatura pasada. CDU/CSU y SPD reafirman su compromiso con el cambio de modelo que prevé potenciar las energías renovables, pero a un ritmo más lento. El objetivo es que en 2025 el 40 al 45% de la energía que se consuma en Alemania provendrá de fuentes renovables, una proporción que subirá hasta el 55 al 60% en 2035.
Durante la campaña electoral, el SPD había propuesto que la energía verde podría suponer el 75% en 2030. Sin embargo, durante las semanas de negociaciones entre los partidos pesaron los argumentos de la industria alemana y los precios para los consumidores. “El cambio del modelo energético solo será aceptado por los ciudadanos y la industria si se garantiza el suministro y precios sostenibles que no ponen en peligro puestos de trabajo”, reza el documento.
En este sentido se decide limitar las subvenciones para energías renovables, como la eólica. “En vez de reducir las emisiones de CO2 se reduce la expansión de las renovables”, criticaba el nuevo portavoz parlamentario de los verdes, Anton Hofreiter. “Con esto, nuestro liderazgo en la protección del clima se acabó”.

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